Todos tendemos a crear presentaciones basadas en datos que vamos desgranando, nuestra habilidad para engarzarlos, nuestra modulación del tono de nuestra voz, nuestro lenguaje corporal y el interés de nuestra audiencia por el tema marcarán que esta nos siga o se nos duerma…
Si aquellos a los que estamos «soltando nuestro rollo» no tienen un enorme interés en el tema o nosotros somos muy persuasivos a los 5 minutos habrán desconectado y nuestro mensaje no llegará a traspasarles, no conseguiremos nada.
Sin embargo a todos nos gustan las historias, los cuentos, las anécdotas, es decir, estamos dispuestos a escuchar y atender si nos enganchan no con datos o argumentaciones, sino con narraciones interesantes.
El Storytelling sería la plasmación de la argumentación y los datos a través de una narración que mantenga la atención de nuestra audiencia. Es el arte de ejemplificar lo que queremos contar a través de una historia entretenida.
Evidentemente esto no es fácil pero si es muy efectivo en términos de captar la atención y por tanto de hacer llegar nuestro mensaje. Ya que las historias generan emociones, las estadísticas nos dejan fríos llevándolo al extremo sería la diferencia entre un informe de Naciones Unidas sobre la guerra en Siria plagado de datos y una fotografía de la guerra en la que podamos ver a personas sufriendo, nos sentiremos mucho más conmovidos por la imagen, recordaremos la imagen y actuaremos movidos por las emociones que esta nos provoca al identificarnos con un semejante que sufre.
Sin llevarlo a este extremo, un ejemplo claro sería una presentación de un nuevo negocio ante un grupo de posibles inversores, los datos son importantes, las estadísticas sobre posibles clientes y proyecciones de ventas están muy bien y son necesarias, pero en el momento de la presentación, la pregunta que se hace el inversor es ¿realmente habrá personas que estén dispuestas a pagar por este producto? hecho que marcará en gran parte el éxito o fracaso de la empresa.
Es para convencer a este inversor para lo que además de proporcionarle las cifras tenemos que ejemplificar a nuestro cliente tipo, sus problemas, sus dudas y los beneficios que obtiene de nuestro producto, que mejor forma para hacer esto que construyendo una historia, una narración que ayude al inversor a identificarse con el cliente, si además esa historia está bien contada, tiene emoción, sentido del humor y un final feliz, habremos conseguido lo que Hollywood lleva 100 años consiguiendo, contarnos historia que recordamos.
Esta historia que debemos construir con nuestros datos y argumentos puede exponerse sin ningún apoyo, pero será mucho más difícil mantener la atención del público o hacerse con una presentación que apoyen con texto e imágenes nuestra historia, ya sea construida en PowerPoint, Keynote o Prezi.
Y para fomentar vuestra creatividad y ayudar a que vayan surgiendo las ideas, unos vídeos ejemplificadores 😉
Presentar utilizando un iPad:
Narración de Isabel Allende salpicada de historias emocionantes y humor:
Utilizando Prezi:
Y por último algunos libros que te pueden ayudar a comenzar…